domingo, 14 de agosto de 2011

Un beso es solo un beso




He comprendido con el tiempo, que un beso no siempre es el inicio de algo, no siempre es el amor el que nos conduce a juntar los labios.

Darse un beso (y perdonen la reiteración) es la complicidad del momento, es preguntarse si fue culpa de la romántica noche o de la soledad que nos abruma en su debilidad. 

Quizá la desesperada idea de enamorarnos, nos hace confundirnos tanto, que hoy estoy escribiendo este blog, para compartir con ustedes mi desventurada experiencia.

Tantas veces creo haber expuesto mis sentimientos, que existe la posibilidad de haber inspirado lastima, y recibir de consuelo un ósculo fugaz, con dulce almíbar a tormento y terminar desafiando la lógica, con acertijos de  actitudes sin coherencia.

Por qué un beso sin continuidad no expresa nada más que un simple impulso. Así, empiezo a relatar mi historia con Christian, un muchacho de 20 años que conocí en la capacitación de un trabajo en Lima y que al término de la jornada, le propuse hospedarnos juntos en el centro de Lima, escapando de los demás  compañeros y sin mucho esfuerzo el pedido fue concedido.

Luego de cenar, decidimos ir al Vale Todo a bailar, al regreso tomamos una cerveza más. El cayó rendido a la cama con la camisa puesta y su pantalón a medio desvestir, cansados pero sin pernoctar, con la pasión envuelta en sábanas, la lujuria empezó a apoderarse de mí.

Muy quietos los dos jugando a dormir, mis mano, empezaron a desnudar su tibio pecho, besar sus hombros, tocar sus muslos y con mis dedos recorrer todo su interior.Extasiado, extendí mi brazos a su regazo y me deje morir a plenitud.

Cuando quise consumar mi frenética pasión, su resistencia hizo la distancia en la habitación y decidí no insistir, amanecimos de espaldas y con desvelo aun, pero el incandescente sol ya  avisaba la hora de la despedida, Christian es de Iquitos y a mediodía su avión saldría.

Mientras yo  tendría la tarde y la noche conmigo, para recordarlo, el silencio de lo vivido me hizo dudar y preguntarme que fue lo que hicimos, así regrese a Chimbote (mi ciudad) con sentimientos encontrados, y recogiendo  esperanzas para una mejor suerte.

Escuchando tantas canciones de amor y suspirando con solo revivir nuestras miradas, así viví los primeros días, hasta el   domingo  que encontré conectado al facebook a Christian,  le interrogue si tiene pareja o si existe alguien  que le gustara, para recién iniciar  mi verdad, escribiéndole que su compañía en este corto tiempo fue especial y que me hizo demasiado bien.

Tonto fue preguntar si recordaba nuestra cercanía aquel jueves de madrugada y leer por conclusión ¿Raúl eres gay? comprendí que  esa absurda pregunta no merecía ser respondida, después de ser el quien me invitó al Vale Todo. Yo cobardemente me despedí fingiendo estar ocupado y deseando lo mejor en su vida.

Terco como siempre, no podía rendirme así  tan fácilmente y en otra ocasión reanude la conversación y la excusa fue aclarar de que no era gay, si no bisexual y sin rodeos escribirle en el messenger “me gustas” y el resultado de esa conversación fue peor.

Sorpresivamente dijo: “No eres el primer chico que me lo dice, esto siempre me pasa, creo que tengo jale con los hombres, yo no tengo problemas con que seas así, además creo que el resto de compañeros también lo saben”   No creí haber soportado tanto hasta que leí esa estupidez, nuevamente diplomático, yo prometí no tocar el tema y desearle lo mejor , aun en contra de mi voluntad.

Escribir este primer post no tendría sentido, si no le doy valor al recordar una experiencia similar.

Fonsi, quien ahora es mi amigo, años atrás me gustaba mucho,  sus ocurrencias podían decirlo todo para mí. Un domingo lo invite a trabajar conmigo como mesero en un restaurante campestre en Nepeña (40 minutos de Chimbote) y a mitad de jornada, en el baño nos acercábamos con la primera excusa para terminar besándonos, con nuestro uniforme de sombrero, jeans y camisa a cuadros,  como protagonistas de "secreto en la montaña"  un beso tan largo que  sólo  fue interrumpido por el señor de limpieza, Don Anselmo.

De regreso en el autobús, a oscuras, mientras todos dormían, nos tomamos de la mano fuertemente y  el primer ronquido, nos hizo soltarnos. Creer que eso es reciprocidad de amor, es demasiado tonto, los días pasaron y ese momento se fue perdiendo hasta quedar en nada.

Recuerdo ( y ahora me río) dramatizar en que me alejaría de  Fonsi por un tiempo  y no frecuentar a los amigos en común, solo por hacer menos el sufrimiento que llevaba por dentro.

Lo tuve en mi cama desnudo una vez, recorriendo cada pulgada de su cuerpo y aunque llegue más lejos esa vez, tampoco pude incentivar a que se enamorase de mí.

Ahora  Fonsi radica en la Selva y mis amigos aún me preguntan si volvería a intentarlo con el (intentar que, si solo fue ilusión mía), mi respuesta es un rotundo no,  porque por ahí escuché que lo pasado está pisado.

Después de ese accidentado acontecimiento, somos más cercanos. Fonsi está más pendiente de mí, que pregunta inoportunamente si tengo pareja o no (tal vez por morbo o condolencia, no lo sé) 

Y remontando  esta situación  al presente, me consuela saber que aquí no hay héroe ni villano, solo una historia repetida, por si no  aprendí bien la lección, que con un solo beso no te puedes enamorar jamás.
 Donde ya no te tengo/Rosanna

1 comentario:

  1. Es un relato q plasma la realidad ... a veces el amor para nosotros es difícil d encontrar o cmo dices tu fácilmente lo confundimos y creemos rápidamente star enamorados para 100pr, es x el mismo hecho q nosotros no podemos elegir simplemnt sperar q llegue ese momento para tratar d vivirlo al máximo ... pero cuando realmnt lo ncontramos nos dmos cuenta q podemos construir un mundo para la otra persona ... sigue así man no desfallezcas pronto llegara el amor a tu vida =)

    ResponderEliminar